domingo, 7 de diciembre de 2014

POR UN "MINISTERIO DEL LARGO PLAZO"

Crónicas 1: 
Dijo la Presidente hace algunos días (25/11) "...Porque lo que es importante para todos los argentinos, no para este Gobierno, es que las obras tengan continuidad...por favor, cuando se empieza algo que es para los argentinos, el gobierno que sigue lo tiene que seguir independientemente del color que haya sido iniciado. Este es un verdadero cambio cultural y de paradigmas".

Crónicas 2:
 También hace algunos días (27/11), el Juez Zaffaroni sugirió públicamente que si el Derecho a la Vida es el derecho más fundamental, sería una buena idea:  crear algo así como un "ministerio de la vida" (o al menos algo así como un "Instituto Nacional de Protección de la Vida").

Crónicas 3: Los precandidatos Massa y Cobos afirman su disposición para conversar sobre "acuerdos de gobernabilidad" (Cobos) y "políticas de largo plazo" (Massa). (Domingo 8/12)) 

La idea concreta de Zaffaroni (el ministerio de la vida) parece un poco zonza, pero el principio del que parte me parece impecable. 
La idea concreta de la presidente (la continuidad de las políticas) me parece impecable, pero el principio del que parte (ya lo veremos) es absurdo. 
Interesantemente, es una idea parecida a la que plantean Cobos y Massa (aunque estos parecen hablar pensando que la cosa empiece en 2015, y no hablan con el gobierno actual).

Peeero…

Si juntamos el principio de Zaffaroni y la idea concreta de la Presidente-Cobos-Massa tal vez encontramos lo que necesitamos.

Veamos...

El principio del que parte Zaffaroni, me gustaría pensar, consiste en que la institucionalidad y la estructura de gestión de políticas públicas debería diseñarse en base a prioridades valorativas y de principios fundamentales que son la base de nuestra comunidad, y no en base criterios meramente instrumentales, gerenciales, burocráticos, tecnocráticos. 
La burocracia y la tecnología de la gestión deben acomodarse a fin de facilitar la gobernabilidad sobre la base de prioridades de principio, y no como un “aparato” intocable y multifunción en el que luego hay que ver cómo se articulan las prioridades.

La idea concreta de la Presidente -la continuidad de las políticas públicas- es imprescindible para el desarrollo del país (que solo puede resultar de esfuerzos conscientemente transgeneracionales, y nunca resultará de la mera sucesión o acumulación de experimentos cortoplacistas afortuandos).

Ahora bien, para dar el “cambio cultural” y comenzar a actuar bajo dinámicas de largo plazo… deberíamos superar dos síndromes de nuestra joven experiencia democrática, que todavía nos dominan y bajo los cuales es imposible dar el paso… (1)  "El síndrome del golpe/crisis inminente" y el (2) "El síndrome de la re-fundación".

(1) Deberíamos dejar de actuar como si en cualquier momento vendrá el próximo golpe o la próxima crisis que lo destruirá todo y nos llevará al abismo o a tener que empezar otra vez de cero (estamos tán atrapados por este síndrome, que ante la menor dificultad comenzamos a ver el fantasma de que ellos se acercan indefectiblemente a la vuelta de la esquina). En los primeros 15 años fue el pánico al golpe y desde 2001actuamos en base al pánico a la crisis…y así no hay horizonte de largo plazo posible..
(2) Deberíamos dejar de actuar con la idea de que acceder al gobierno es re-iniciar la república. Desde 1983 asumimos que cada nuevo ciclo político presidencial "resetea" el país (del ciclo agotado y exhausto que nos sacamos de encima). Dejemos de pensar bajo el horizonte de cada ciclo actual (para expandirlo o para terminarlo). Nuestras vidas personales, familiares y sociales son incomparablemente más larga que los ciclos de gobiernos, y nuestras vidas y no los ciclos de gobierno debería ser el punto de horizonte social.

Por lo demás, para dar el salto al largo plazo hay básicamente dos formas…. Una mala (ilegítima e irrealizable) y otra virtuosa.
La mala (es la que piensa la presidente..."sigan lo que hago" y la que piensan Cobos-Massa "empecemos de cero en 2015) consiste en que un gobierno "X" empiece cualquier plan de largo plazo que le plazca, por las suyas, y esperar-exigir que los demás lo sigan (aunque piensen que el plan es horrible) sólo porque ya fue empezado, o –peor aún- armar la cosa de modo tal que sea muy costoso o imposible a los que vengan dar marcha atrás, aunque todo el mundo quiera dar marcha atrás.
La forma virtuosa de construir y desarrollar políticas que trasciendan los ciclos presidenciales es muy simple (pero más exigente) consiste en construir acuerdos públicos –políticos/sociales- sustentables sobre prioridades y proyectos concretos de largo plazo que trasciendan la fuerza política de gobierno. Implica que en un ciclo no se empiece nada de largo plazo sin consenso multipartidario y social y que el compromiso se mantiene por quienes continúan el ciclo de inicio. Pero implica también que el momento "0" es hoy, no cuando se refunde el próximo gobierno.

La incorporación de dinámicas de largo plazo debería ser una prioridad. Para ello se debe construir la dinámica virtuosa que la haga posible y legítima. PARA ESO DEBE ADECUARSE LA BUROCRACIA Y LA INGENIERÍA DE OPERACIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS.

ENTONCES,  siguiendo el principio de Zaffaroni... PROPONGO UN "MINISTERIO DEL LARGO PLAZO", encargado de identificar, diseñar, articular y consensuar y articular el compromiso político y ciudadano con políticas públicas específicamente intergeneracionales y la incorporación de la visión intergeneracional en las políticas públicas de corto y mediano plazo.

Lo maravilloso de la "lógica del largo plazo", en su dinámica virtuosa, claro, es que su propia lógica genera un poderoso filtro de LEGITIMIDAD Y REALIZABILIDAD...que casi garantiza el éxito (es tán simple...sólo que nuestros síndromes no nos dejan siquiera verlo).
(1) Los proyectos/iniciativas/visiones sólo pasan el filtro del largo plazo si son "comprados" por una masa muy grande de stakeholders (deben comprarla quienes aspiran a suceder al gobierno actual, por ejemplo, quienes son jugadores repetitivos de largo plazo, etc.). ((Y no hay alternativa, pues nada que no sea comprado de esa forma será realizable-sustentable!!!)).
(2) Como los proyectos/iniciativa/visiones de largo plazo sólo se justifican por beneficios que fundamentalmente recibirán otros (nuestros hijos, el próximo gobierno)...su aceptación o rechazo requiere necesariamente de argumentos o posiciones filtradas hacia la imparcialidad, la consideración de los intereses de otros, etc.

La incorporación e institucionalización de dinámicas de largo plazo es camino para construir legitimidad y realizabilidad para el progreso colectivo, justo y consistente del país. Esa debería ser una prioridad (una vez liberados de los síndromes de la democracia "eternamente naciente y frágil"). La institucionalidad-burocracia debería organizarse para facilitar esa dinámica....

Por un Ministerio del Largo Plazo, pues... y a construir un futuro mejor!!






2 comentarios:

  1. Pero...¿por qué un político (quien sea) incurriría en costos de corto plazo para obtener dividendos de largo plazo si es personalista y desprovisto de un partido que le permita mirar más a largo plazo? saludos

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    1. Buen elemento para la ecuación el de la estructura de los partidos/políticos. La política de líderes personalistas y sin partido encaja como parte de los 2 síndromes de la "democracia naciente" (armar "partidos refundadores" cada 7 minuto, es una gran imagen del síndrome), no?. En todo caso, y sobre la pregunta...la respuesta apuntaría a que el político haga el ejercicio de pensar en los beneficios, sobre todo para el país (ahora bien, si al político no le interesa pensar en los beneficios sobre todo para el país...no tengo nada que decirle y afirmo a priori que no hay esquema de incentivos posible para instaurar ninguna práctica virtuosa)

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