viernes, 18 de octubre de 2013

MARCELO ME ALEGRÓ LA VIDA. Derecho como integridad o derecho como impunidad

Se sugiere leer escuchando esta canción en la que Pedro canta Luis http://www.youtube.com/watch?v=Uja1RYT18YA


Previsiblemente, una jornada de dos días, escuchando a gente brillante discutir alrededor de la ideas de Carlos Nino sólo pueden dejarte con las valijas llenas de luminosas provocaciones.

Empiezo por compartir una de ellas: la fructífera contraposición entre lo que podríamos llamar actitudes constructivistas e instrumentalistas hacia el derecho, que Marcelo Alegre capturó magistralmente con la distinción que da el título a esta entrada.

Nino terminaba su Fundamentos de Derecho Constitucional reclamando una actitud, identificando la salida a los duros desafíos constitucionales en UNA ACTITUD.
No apostaba a una idea, a un concepto, sino a una actitud, que llamaba "tomarse la constitución en serio".

Se trata, como sabemos, de la actitud constructivista de comprometerse en hacer de algo (en este caso, el derecho) lo que mejor sentido le de; lo cual supone comprometerse con (a) la elección del mejor sentido (b) la elección de las mejores alternativas para realizarlo. 
El derecho como integridad expresa respeto por la obra a construir. Como los artistas respetan sus obras. Y más aún, identifican el autorrespeto con el respeto por la obra. Como los artistas, que al respetar su obra y ser fieles a su sentido, son auténticos.

Marcelo contrapuso esa actitud a la idea que llamó "el derecho como impunidad". El derecho donde todo vale, porque podemos instrumentalizarlo a nuestros fines -y para hacerlo.
(for the record: aquí trato de construir sobre lo que dijo, así que estas no son sus palabras, sino las mías tratando de seguir las suyas, así que en todo caso puede perderse algo en la traducción, disculpas a Marce si es así). En esta concepción, el derecho no tiene sentido, ni tiene sentido construirle un sentido, y respetar o -ser fieles a- sus sentidos posibles. Es un instrumento ocasional para lo que sea que queremos lograr (personal o políticamente). En el derecho como impunidad -y esto sí lo dijo Marcelo- "todo vale", pues -agrego yo, tratando de caminar en sus huellas- nada en él tiene valor.
En el derecho como impunidad, no hay respeto (más que el soberbio respeto a lo que cada uno quiere como fines).

El derecho como impunidad ha tenido en estos tiempos -para desgracia de nuestras prácticas- una época de extendida adhesión, especialmente de parte de abogadxs simpatizantes de las agendas políticas coyunturales del gobierno. 

Nino fue un prodigioso, incansable y estimulante defensor del derecho como integridad. Como un artista de pura cepa, entendía que la música no es un instrumento para nada más, sino una creación por la que hay que profesar respeto (para tener respeto por nosotros mismos) y a cuyo desarrollo hay que contribuir dando lo mejor para encontrar lo mejor en ella.
Nino dejó un legado invaluable de esa actitud artística.
Algunxs pésimxs músicxs, creen que la música puede servir para levantarse minas/chongos, para hacer guita, para pasarla bien, para defender un proyecto de poder...creen que la música es espacio de impunidad, no de integridad. 

Usted puede elegir -digo yo que nos decía Alegre, que nos diría Nino, si su actitud hacia el derecho es lo que hacia la música la de un Luis Alberto Spinetta, un Leon Gieco, un Lisandro Aristimuño... o la de la Mancha de Rolando.
Como decía el lema de una campaña política...en la vida hay que elegir. 

Y como decía Spinetta "...y esto será siempre así...quedándote o yéndote"


Grosso Alegre! 



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