sábado, 28 de marzo de 2015

EMPEZAMOS LA CATEDRAL?

Todxs conocemos la historia. Nino expresó la idea de que la práctica jurídica de una comunidad (y más concretamente, la práctica constitucional) se entendían mejor si se las veía como una empresa colectiva, transgeneracional, donde los actos y decisiones individuales son encajadas como los aportes de lxs arquitectos y obrerxs que construyen una de esas gigantescas catedrales medievales.

Por supuesto, la práctica jurídica/constitucional argentina ha sido más bien una de constantes refundaciones y demoliciones de catedrales que nunca pasan del primer piso.

Y por supuesto, la práctica política ha sido lo mismo (desde moreno, desde rosas, desde urquiza, desde mitre, desde roca, desde yrigoyen, desde justo, desde perón, desde onganía, desde montoneros, desde videla, desde alfonsin, desde menem, desde kirchner), con la esperanza de sus fundadores de completarlas manteniéndose en el poder todo el tiempo necesario, o lo más cerca posible de eso (nunca olvidar "Cristina eterna", la última de nuestras entronizaciones) y colapsando (o siendo destruidos) para que otro empezara de nuevo, de cero, luego de demoler, remover y hacer polvo en todo lo posible, los escombros de la anterior catedral...

Más allá de lo simbólico (algunas "ideas para una catedral" perduran centenarias en los corazones de las facciones políticas argentinas y en los manuales de marketing político, listas para ser desempolvadas cuando los vientos soplan a favor)...ninguna de las catedrales ha logrado formar columnas que resistan. Su mampostería nunca deja de ser descartable, y se convierte en la basura del próximo intento, o en residuo reciclable y reciclado.

Ningunx de lxs arquitectxs re-fundadorxs quiere ver la construcción de la práctica como una empresa colectiva y transgeneracional. Ningunx de ellxs entiende que la obra escapa a sus designios, que sólo puede construirse en cuanto escapa a sus designios. 
Todxs diseñan una obra que sólo lxs representa a ellxs (y a quienes compran su diseño) pero aliena a todo el resto. Y si no lxs aliena en el diseño original, lxs aliena en el proceso de construcción y de re-diseño que toda obra de esa naturaleza requiere. Y entonces....ya se sabe.

Si entendiéramos que la idea de la catedral total, hecha por unx solx es absurda (filosófica, analítica y moralmente), si comenzáramos a pensar que la práctica política es una obra colectiva transgeneracional, y respetáramos los límites que esa lógica impone para el éxito de la empresa.
Si re-modeláramos nuestros diseños para que aprovecharan el pasado (las columnas, paredes, etc. anteriores), y lo reencauzaran en direcciones que lxs representen y les parezcan las correctas pero de modo tal que quienes vengan después puedan seguir, también reorientando, pero sin dejarlxs en una posición en que quieran tirar todo abajo y empezar de nuevo....

Si tan sólo tuviéramos esa actitud....(no es más que eso) es la actitud de no pretender ser demiurgos eternxs individuales (no pretender ser napoleón ni lenín cada 4, 8 12 años).

Si tan sólo entendiéramos que lo mejor que podemos hacer, el más trascendente (honorable) rol en la historia del país que se puede ocupar es el poner unas cuantas columnas, unos cuantos ladrillos en la pared de una catedral que nos precede, nos trasciende y que sólo se comprende como una obra colectiva transgeneracional, donde arquitectxs, constructorxs y obrerxs muy diferentes harán su aporte. 

Si nos viéramos así. 

Si tratáramos, entonces, de lo mejor que tiene la catedral que viene de atrás (otra actitud perdida). Si pensáramos en cultivar y hacer que eso brille, mientras agregamos otros nuevos colores, que sumen fortaleza y belleza al emprendimiento.

Si viéramos así nuestra política, nuestro derecho, nuestra constitución...Quién sabe, en 100 años tal vez, no estaríamos tratando de empezar nada...

En fin...todo esto para recodar aquella Canción de Catedral, perdida en pasado, todavía esperando...saber quiénes deberíamos ser.

https://www.youtube.com/watch?v=BzVWw0AC5J8


No hay comentarios.:

Publicar un comentario