El tema es que a través de estas ocasionales obras se ofrece a lxs abogadxs una valiosa oportunidad de comprender mejor la percepción social sobre ellxs (y ya que estamos, un reconocido homenaje a los bellos guiones que escribía Gerardo Taratuto, aunque él mismo era abogado, claro). Pero no sólo eso: estas series iluminan también -sin proponérselo, creo yo- un rasgo social mucho más profundo... relativo a nuestras "actitudes hacia la ley".
Pero vayamos por partes.
El guión de Farsantes logra mostrar muy claramente la especial "ubicación" de los/as abogados/as en el imaginario social local -me consta que en otros lados, el imaginario es otro, muy diverso, incluso en relación con los estereotipos negativos que ciertamente abundan.
En la novela (o como se llame), así como en el imaginario, hay básicamente dos clases de abogadxs. O, mejor dicho, dos maneras en que se manifiesta el ejercicio de la abogacía. O mucho mejor aún, dos contextos de situación típicos que atraviesan lxs abogadxs en su trabajo:
Contexto 1: El/la abogado/a bueno/a, trabajando en una causa buena, para cuya realización viola la ley (hace trampa para lograr el bien) -perceptible en las truchadas de firmas y testigos que llevan adelante los personajes de la serie para ayudar a buena gente que afronta problemas injustos.
Contexto 2: El/la abogado/a malo/a, que defiende una mala causa, para cuya realización aprovecha los resquicios de la ley -los tecnicismos- y la desnaturaliza (hace trampa para lograr el mal) -identificable, por ejemplo, en las escuchas telefónicas del hermano de Chávez para poder detenerlo.
Según la "visión dominante", todxs lxs abogadxs son farsantes. Siempre. Peor aun, no pueden no serlo. No importa qué causa defiendan. Incluso la defensa de las más nobles demanda el comportamiento farsante. La abogacía es una profesión de tramposxs (lo que no es lo mismo que decir "para tramposxs", pero casi). El/la mejor abogado/a es el/la "mejor tramposo/a". Y la herramienta por excelencia que usan los/as abogados/as es: "desnaturalizar la ley con el lenguaje" ("se la pasan enroscando la vívora", como decía alguien que no nos quería)
El estado "natural" de la abogacía es el de la trampa.
Por ello, en todo caso narrativamente interesante se enfrentan un/a boga en el contexto 1 (quien idealmente debería ganar) y un/a en el contexto 2 (que idealmente debería perder). El/a que "mejor" despliegue la farsa contra la ley, ganará. Punto. No hay nada más que hacer. Al final nadie aprende nada, nadie cambia, habrá alguien que gane y alguien que pierda, pero el juego sigue igual (no se mancha, o mejor, no se limpia).
Pero, como decía, por debajo de esta visión de lxs abogadxs subyace algo más. Bastante más. Lo que ilustra la visión dominante -casi sin quererlo, casi en contra de la voluntad del/la guionista- es una idea sobre las actitudes "hacia la ley" que en términos generales tenemos todxs, y es esperable tener, en nuestra comunidad.
Quienes hayan leído "Un país al margen de la ley" (y si no lo hicieron aún...ayyy, apúrense) recordarán las "cuatro actitudes" típicas ante las normas que describía Nino. Las más representativas en Argentina son las que él llamaba "Finalismo" (adherimos a los fines de la ley, pero violamos sus reglas para realizarlos...es la actitud "1") y "Formalismo" (traicionamos el fin de ley, aprovechando los resquicios de sus reglas, es la actitud "2").
Lo que Nino ilustró bellamente -para nuestro pesar-, fue que con esa clase de "actitudes" construimos una sociedad anómica (una sociedad de farsantes) cuyas consecuencias negativas son variadas y graves; y abogaba por prácticas culturales, sociales e institucionales que construyeran "lealtad normativa" (una práctica compartida de respeto crítico por los fines y cumplimiento de buena fe de las prescripciones).
Todos somos "farsantes" ante la ley (usted lo es, querido/a lector/a, lo sabe bien, no se me rasgue las vestiduras). Pero, a su vez, mientras lxs abogadxs trabajemos con actitudes y códigos de "farsantes", el juego seguirá siendo horrible, en todos los dominios de nuestra vida social e institucional. Por supuesto, lxs cuervxs tenememos la responsabilidad pública (social, política) primaria de dejar de serlo; de cambiar nuestro juego por uno mejor, basado en la lealtad normativa (le llamo, claro, la visión constructivista del derecho, sobre la que deberemos volver en el futuro, claro).
No sería una contribución menor al progreso cultural, que no puedo despegar del avance hacia una sociedad basada en el respeto su derecho; a un derecho que sea genuinamente nuestro, claro (pero la alienación legal en nuestra pobre democracia será tema de otra discusión, tal vez).
Mientras tanto, disfrutemos del trabajo de Julio Chavez (y esperemos que el señor Arana encuentre el tono de su personaje antes de que pase el invierno, pobre)
PD: Quienes quieran ver lo mejor que se ha escrito sobre la "anomia" en américa latina últimamente, péguenle una mirada al trabajito de Mauricio García Villegas en el imprescindible libro "El derecho en América Latina"; que pueden descargar legal y gratuitamente en este link http://www.justiciaglobal.info/docs/librof.pdf
muy amable Martín. Estoy de acuerdo con usted. Sólo incluiría -para no ser autoindulgentes con la responsabilidad de lxs bogas actuales, y la generación que viene- un matiz sobre su referencia a "la mejor estrategia" + "el que conoce mejor las reglas" + "lo que le interesa al proceso" + "jugar mejor las cartas". Todos esos elementos que menciona son (maravillosamente) tanto reglas como productos de la práctica que realizamos. Por eso guían nuestras acciones e interacciones y al mismo tiempo son modeladas por ellas. Así que, ojalá, usted y muchos como usted modifiquen el juego, las reglas, las cartas, las estrategias ganadoras y el interés del proceso...para que sea cada ver un poquito menos un juego de farsantes.
ResponderBorrarAlguna vez hice un post que toca algunas cuestiones de tu posteo:
ResponderBorrarhttp://dialogandodemiconmigo.blogspot.com.ar/2012/02/la-culpa-siempre-es-del-otro.html
Para aportar algo al debate, transcribo una interesante respuesta de Silvia Schwarzbock:
"Es curioso: hoy la gente cree que la felicidad irradia de figuras como la del mafioso, que es la representación contemporánea del libertino del siglo XVIII: un sujeto absolutamente libre e impune. De esta representación disfrutamos perversamente las personas de todas las clases sociales, sea a través de las ficciones o de las noticias. La mafia es la aristocracia contemporánea, tal como lo muestra El Padrino, la trilogía de Coppola sobre el capitalismo. De hecho, la aristocracia siempre se comportó igual que la mafia".
No leí el libro de Nino. Por lo que veo, los ninólogos (el autor del blog, Gargarella, etc) lo adoran. Tengo su "Introducción al análisis del derecho" y leí la polémica con Zaffaroni, que me pareció excelente.
Tengo pendiente leer "Un país al margen de la ley" y meditarlo mejor.
Como para seguir aportando (y beneficiarme con las respuestas), corto y pego los comentarios de dos conocidos míos (Rinconete y el Bosnio), que sí leyeron a Nino:
"En lo que respecta a Carlos Nino, formo parte de quienes lo leyeron con interés. El problema de hacer foco en la "anomia" (la falta de acatamiento a la ley) es que se deja de lado el drama de la ley injusta. Esa es la discusión que, me parece dió el radicalismo en sus inicios (hasta que se convirtieron en el partido del statu quo) y luego el peronismo.
Lo que impide que seamos Finlandia no es, creo, que no respetemos los semáforos sino que tenemos una matriz absolutamente inequitativa. Su inicio se podría situar en la repartija de tierras fiscales entre los amigos de Roca (que le ganó el infinito desprecio de Sarmiento que escribió :" La Nación ha perdido 250 millones de pesos oro ganados por los Atalivas, Goyos y otras estrellas del cielo del presidente Roca.") y luego fue perfeccionandose a lo largo de los años.
Creo que ocuparse de los semáforos, como de las coimas, es una manera de no ocuparse de Ataliva Roca, de Martinez de Hoz y de tantas posiciones dominantes que inducen decisiones políticas sin necesidad de la vulgaridad módica de una valija de billetes".
gratzie, leeré el post que mencionás. bello comentario el de Silvia S. Lo que citás después me parece táaaan errado (casi no imagino que se puede errar más perfectamente).
BorrarPAra empezar por la historia, basta con leer la parte histórica del librito para ver que para nino, la cosa incluso empieza antes de roca, empieza -si contamos desde 1810, pero también hay antes de eso) con las truchadas de la enfiteusis...y rocas, pero también yrigoyen y perones caen en la volteada anómica...ni hablar del proceso.
Lo que no entiende el argumento que reseñás es que la idea de nino (que una idea exlicativa, interpretativa de nuestras prácticas) es que los semáforos y las coimas son expresiones de la misma matriz que la enfiteusis, los golpes y muuucho más (la tendencia anómica). Leete el broli, es fácilongo (los dos primeros capítulos y el de propuestas...es poco y no hubo algo tán lúcido en el país...el resto es un tanto más complejo y tal vez menos estimulante).
Por otro lado, un país al margen de la ley es un libro sobre "anomia", y por eso no habla de la mejor forma de cocinar una asado, claro.
Quien quiere saber que dijo nino sobre la "ley injusta" tiene Introducción al análisis del derecho -ese es el tema del libro-, ética y derechos humanos, la validez del derecho, derecho moral y politica..y más...
Y otro del Bosnio:
ResponderBorrarRodrigo, el concepto de la Anomia mereceria un post para si. Sintetizo varios puntos alrededor de la idea y lo que suele inferir:
a) Primero hay que discutir si nos molesta una poblacion que no respeta los horarios, las reglas, habla encima del otro, etc... O nos molesta la inequidad y el atraso en el desarrollo.
Porque para muchos la anomia no es una condicion que genera el mal (la tesis de Nino), sino que es un mal en si mismo. Para estos, no hay argumentacion posible. A quien le parezca incivilizada una ciudadania que no cumple el horario de sus citas o se cola en las colas del cine, la anomia es efectivamente una calamidad.
b) Que la anomia genera el subdesarrollo hace pesar sobre los hombres sencillos la responsabilidad del destino del pais. Soy yo, colandome en la cola del supermercado, que genero todo esto. No es Cavallo, no es el poder, no somos respuesta a una historia determinada, a un equilibrio de fuerzas. Somo resultado de nuestras acciones individuales. Si comenzaramos a separar la basura en organica y no, llegar puntuales a las citas y devolver el diario que nos dejaron por error en la puerta, la Argentina se transformaria en una republica de iguales. Nino tiene la suerte que, al menos en lo que a mi competen, nunca tendremos las condiciones basicas que demuestren lo falaz de su planteo. Siempre podria decir "Cuando el Bosnio llegue en hora, blablabal".
c) La Anomia parece jerarquizar el no cumplir el horario y los semaforos. Pero somos la unica sociedad que ha juzgado por si a genocidas autoctonos. No parece ser suficiente compensacion para quien no tolera las libertades en el horario o quien no tolera que tiren el envase plastico en el tacho de reciclados organicos. Somos tambien de las pocas sociedades que han cruzado una crisis como la del 2001 sin haber salido de la norma. Varios Europeos no podrian jactarse de eso (claro, otros no han podido demostrarlo por falta de crisis). EEUU tira un tipo de un helicoptero y todos festejan, no tienen anomia, son desarrollados y con buena equidad.
muy errado. se quedó colgado en el semáforo y no vio nada. nada, pero nada.
Borrard) La anomia asocia las reglas a lo justo, como indica Rinconete. Omite las reglas injustas, tambien omite las reglas con diferentes interpretaciones. Se ejemplifica con el semaforo rojo porque es la mas simple donde probablemente no haya interpretaciones encontradas. Pero cumplir la ley en muchos momentos de la Argentina y de Europa significo realizar actos inhumanos. En esos casos, la anomia que valoracion tendria? Y cuando las normas tienen dos interpretaciones, cual es la anomia?
ResponderBorrare) Segun la tesis de la anomia, si eliminasemos todas las reglas (cada conductor podria a su simple criterio cruzar en rojo) logrando de un plumazo ser un pais sin anomia (las cumplimos todas), deberiamos lograr el desarrollo de un saque. Mas alla del chiste, hay paises con grados diferentes de normas. Es mas dificil ser "cumplidor" en suiza que en Miami o Brasil. Cual anomia vale mas?
f) La tesis de la anomia me hace acordar a la tesis de un viejo aleman que sostenia que la grandeza de una nacion se media en lo delgado de sus cascaras. Como si el ahorro, la vida austera, llegar temprano al trabajo, bañarse con medio vaso de agua, no tirar nada, comer todo lo servido en su plato, etc... era lo que hacia de Alemania un pais grande. Hoy con una enorme poblacion de turcos en sus fabricas, mas parecidos a nosotros que a un Bavaro, Alemania sigue siendo grande. No sera quizas que lo que hizo grande a Alemania fue su desarrollo historico, la tasa de interes cobrada a sus empresarios, el plan marshall, su estrategica posicion de freno a Rusia, su balance politico, etc...?
g) Lo de anomia es un ejemplo parecido a la moralizacion de la politica. Es mas sofisticado que la simple moral, pero basa en actitudes individuales el desarrollo global de un pais. Es, desde este punto de vista, un planteo "Anecdotista". Resta preguntarnos: son los uruguayos mas irrespetuosos de las normas que los Sicilianos o los Napolitanos? Porque son mucho menos desarrollados. Son menos corruptos?
(...)
La anomia le permite al desarrollado pavonearse de serlo por ser mas respetuoso de las normas. Como tambien quisiera poder asumir su azarosa riqueza por su superior honestidad. La Argentina logro 8 años de crecimiento ininterrupido, con varias mejoras en la equidad, a partir del 2002. Algunos diran por sus politicas, otros por la devaluacion o la soja. Pero nadie sostendria la tesis que fue un salto en la calidad de nuestro respeto por las normas o por la disminucion quantica de los sobornos. En nuestro caso, quizas por la anomia imperante, no fue esa la norma que explica un indudable cambio en la tendencia de desarrollo.
Dicho todo esto, si creo que un estado rico, tiene mas poder de hacer cumplir sus reglas. El circulo puede cerrarse al reves, una vez desarrollados seguramente nos volveremos mas respetuosos. Aunque hay diferentes pueblos con el mismo nivel de desarrollo que no tienen el mismo nivel de respeto a las normas, podriamos esperar que a medida que los estados de cada uno se enriquecen y se vuelven mas poderosos, las normas (sean cuales sean) se hacen mas obligatorias".
En fin... disculpas si me desvié un poco bastante del post original. Quise conseguir "Un país al margen de la ley", ahora que voy a empezar a estudiar derecho. También quiero ir viendo las ventajas supuestas de la "democracia deliberativa".
ResponderBorrarPor suerte, en la biblioteca de la facultad lo tienen, con lo cual trataré de hacerme un tiempo para leerlo y discutir con Nino habiéndolo leído.
Saludos!
esa es una gran agenda. Sólo le doy un tip (el único que importa) cuando lo lea, hágalo de buena fe, tratando de entenderlo como si quien hablara fuera una persona a quien usted quiere mucho (se llama "generosidad hermenéutica").
BorrarDespués evalúe críticamente y destrócelo. Pero solo después de entenderlo de la mejor manera que la lectura permita. Así discutirá con el "mejor nino" y no con un espantapájaros bobo, como el que inventaron los comments que pegó aquí.
Coincido en que la crítica hacia un autor, cuando es interesante, siempre o casi siempre debe basarse en cierta fascinación y/o respeto por su obra.
BorrarEs evidente que "crítica" no es "sacarle el cuero a".
Entiendo también que hay que evitar la "falacia de hombre de paja". Te aseguro que cuando lea a Nino, como también a Dworkin, voy a hacerlo con total buena fe. No quiero leerlos para encontrar "la paja en el ojo ajeno" sino para enriquecer mis argumentos.
Saludos!
Dos cositas Gus:
ResponderBorrar1. tu comentario sobre las chicanas me hizo recordar un gran libro de Schopenhauer: "Dialectica erectica o el arte de tener razon". Es de lectura obligatoria.
2. no es chicana, pero seria interesante que diferencies la mala fe en lxs operadores -bogas- al presentar un argumento de los genuinos desacuerdos. Esto ultimo, en todo caso, requeriria q transparentes una tesis semantica; pues por estas tierras hay mucha gente q piensa, con muy buenas razones, que siempre es posible defender, al menos, dos posiciones acerca de una disposicion legislativa.
Entonces, guarda con meter todo bajo una misma bolsa: una cosa es describir actitudes de bogas al operar el derecho en tribunales, otra es describir la propia practica -que, otra vez, puede tener tambien una descripcion (certera o no ahora no importa) basada en la indeterminacion radical del lenguaje-.
abrazo
fede orlando
Fed, gran lectura has recomendado. grosso.
BorrarSobre (2). Efectivamente. Cuando ves "farsantes" ves que lo ùnico que NO hay son escenas de "genuinos desacuerdo"; o de construcción de una pràctica tendiente a administrar constructivamente los problemas propios del lenguajes (ni de las visiones morales diferentes sobre el mundo, ni nada de eso). Y es lo mismo en la esfera "social", ojo.
No hay lealtad normativa (que habilita miles de desacuerdos, como bien decís), sino "formalismo" y "finalismo".