Trato de -y tiendo a- presumir de la menor cantidad de cosas posible. Pero una de las que más presumo es mi ignorancia estructural sobre el derecho penal, la filosofía del derecho penal, la dogmática del derecho penal, etc. Todavía recuerdo cuando me topé cara a cara, en un fin se semana caluroso, en un callejón oscuro, con "Derecho y Razón"...todavía me duele...Ni hablar de lo que me pasa cada vez que me cuentan del el último hit de la dogmática alemana sobre causalidad, imputabilidad, etc...(mis ojos de abren fascinados, hasta que pestañeo y descubro que no entendí un sotto).
Precisamente por eso, agradezco cuando almas caritativas me ayudan a comprender un poco más el asunto, su gravedad, lo que nos estamos jugando, y lo desesperadamente que debemos dedicarnos a buscar puntos de apoyo, luces al final del tunel de la violencia estatal en que consiste el derecho penal.
Entonces, una tarde, sentado cómodamente, con la pantalla proyectando la sonrisa gardeliana de Nino, con el aire acondicionado en la temperatura justa, me dejo llevar. Es fácil si lo hace Leo Filippini, proyectando cómo en el corazón de la teoría penal de Nino se encuentra un poderosísimo antídoto contra el populismo penal mayoritarianista, contra nuestra desesperada búsqueda de castigo a los crímenes sinsentido que nos asustan y aterran a la vuelta de cada noticiero; en suma a cualquier camino reclame que como comunidad o individuos tenemos derecho a protegernos y estar más seguros y felices, amenazando con la crueldad del derecho penal a los malhechores. Pero no se trata del punto tonto-teórico de garantístas/manuduristas, ni abolicionistas/punitivistas....No en Nino...se trata de la profundidad humanista del liberalismo reclamando inclaudicable que no usemos a nadie como medio para nuestra felicidad social agregada. Increíblemente, nos hace ver Leo,...el debate público se pierde esta impugnación liberal radical...y con eso, en realidad -agrego yo- ya está todo perdido; porque entregamos la dignidad.
El liberalismo, al menos el maravilloso liberalismo penal de Nino, que no es el de kant, sino otro superior, nos ofrece el mejor umbral para el derecho penal humanista, EL DE LA DIGNIDAD.
Yo ya estaba hecho con esto, claro, sólo me faltaba el pochoclo y a otra cosa...pero tooodo es más y mejor cuando se trata de la obra de Nino y sus proyecciones.
Y si Leo mostraba el umbral, Roberto Gargarella, implacable buscador de los rincones imposibles de la justicia y la igualdad, mostraba el límite. Tal vez uno que Nino podría haber reconocido por su compromiso igualitario, o que podría haber tratado de rechazar por su núcleo liberal. La desigualdad social radical es el límite al derecho penal liberal, nos hace ver Roberto, con una simpleza que te deja descolocado ("cómo no lo ví, si es tan obvio ahora y así como lo dice"...siempre es igual...todo resulta claro después de que lo enuncia Roberto).
No se trata, argumenta -pues tiene esa desalmada tendencia a no regalarnos ni un sólo lugar de comodidad, a exigirnos más, a llevarnos hasta los rincones imposibles- de desresponsabilizar moralmente a quienes realizan acciones dañosas en dichos contextos . No se trata de una especie de abolicionsimo amoral, proyectando el hurto famélico a todo, de un abolicionismo desresponsabilizador, creo entender yo (que entiendo poco). Se trata de la impugnación moral, política a la legitimidad del Estado para tomar represalias..."quién es usted!" estado abusador, excluyente, desigual, alienante...para levantar la mano contra tales acciones (acaso reprochables moralmente). Con qué derecho pretende hacerlo, si usted construye esta estructura de alienación que lo impugna. NOTABLE, NOTABLE!!
Tal vez, Nino podría acordar con Roberto, a su manera, argumentando sobre "precondiciones" estructurales para la legitimidad del Derecho Penal que formen su límite; que si fueran las precondiciones para la existencia de una democracia moralmente valiosa, deberían incluir unas condiciones y estructura socioeconómica sin explotaciones ni alienaciones. Tal vez Nino no se animaría a eso, o se vería complicado afirmando eso, creo que Roberto sugería -a esa altura yo estaba tán fascinado que tal vez entendía todo mal, pero no me importaba.
Lo cierto es que así como la DIGNIDAD ES EL UMBRAL, TAMBIÉN ES EL LÍMITE PARA LA EXISTENCIA Y OPERACIÓN DEL DERECHO PENAL, y la teoría de Nino permite comprender cómo es que ello es así, y por qué.
qué lindo!
Era la tardecita cuando salí, y unos pibes me afanaron el teléfono- Yo tenía el revolver cargado que no usé gracias a Pao. Apunté en sólo un segundo, bang. El menor de los tres cayó en una pirueta cómica.
Pendejos de mierda, hay que matarlos a todos, me dije. Dejé el fierro en un tacho de basura, le tiré 1000 al cana que sonrió con cariño, deslumbrado por mi generosidad, y me fui a cenar con mis niños, en la paz de mi hogar. Tolerancia Cero, pensé.
gracias che, es una suerte tenerte ahí. lo de las precondiciones esta perfecto. asi lo pone duff: tenemos o no tenemos las preconditions of criminal liability? y, no, dice el, pensando en inglaterra y estados unidos. asi que imaginate argentina como andamos.
ResponderBorrarRoberto Gargarella es, creo yo, filosóficamente abolicionista. El abolicionismo no es amoral, ni desresponsabilizador ni se despreocupa del poder, o de los conflictos. Esa es la imagen del abolicionismo que nos presenta la academia desde hace mas de 20 años. El abolicionismo inspiró por ejemplo el informe europeo sobre la decriminalización en los años 80. Unos años mas tarde, fue reducido a la utopía y a los margenes por los propios "criminologos críticos" zafaroni incluido. El abolicionismo es igualitario, democrático y anticapitalista desde su propio adn. Alejandro Hache
ResponderBorrarno tendria problemas en decir que si, ale h, pero me gustaría redefinir la idea de abolicionismo, porque es habitual que venga en el paquete viejo de menos estado mas comunidad. y yo creo que en sociedades tan desigualitarias (no como las nordicas de las que parte el amigo nils c.) y donde la comunidad ha sido corroida por el capitalismo, se requiere fundamentalmente de otro tipo de reacción (obviamente no penal)
ResponderBorrarNo hay que tenerle miedo al calor y a la oscuridad, A comprarse un buen acondicionador y una lámpara de 120W y arremeter con Razón y Derecho. Vale la pena es esfuerzo.
ResponderBorrarla sigo un poco, incitado por gus m.http://seminariogargarella.blogspot.com.ar/2013/10/la-filosofia-penal-post-nino.html
ResponderBorrarvamos a lo de Roberto, che, que está más fresquito y tranquilo allí que en este boliche.
ResponderBorrar