Por culpa de Roberto Gargarella -que siempre anda creando interés en conocer y saber (buhhh)- hace unas semanas estoy dándole vueltas a las (poco felices) teorías sobre la democracia de Ronald Dworkin (un admirable militante de la democracia ardoroso y comprometido como pocos, por lo demás).
La reconstrucción completa saldrá a la luz en algunos días, y la crítica en algunas semanas, por éste y otros medios.
Pero entretanto, ciertos pasajes demasiado luminosos deben ser compartidos, como los ricos caramelos media hora.
Aquí les dejo un párrafo de uno de los 3 mejores textos sobre la democracia que escribiera el (admiradísimo) Ronaldinho (los otros dos son "Equality, Democracy and Constitution: We the people on court" y la Introducción a "Freedom´s Law)
El texto es el poco conocido "Free Speech, Politics, and the Dimensions of Democracy" (1999; incluido en Soverign Virtue).
Es especialmente valioso, porque fue el único en los 40 años de trabajo de Ronaldo, en el que incluyó expresamente, y de manera argumentada, la dimensión deliberativa como una dimensión fundamental de la democracia (antes y después se limitó a lamentar lo patético del debate público norteamericano, pero poco más).
En fin, esto es lo más cerca que Dworkin estuvo, alguna vez, de la democracia deliberativa (bastante cerca, no?)
Por lo demás, en relación con las virtudes epistémicas de la deliberación y la democracia...siempre le parecieron una idea filosóficamente tonta y sin fundamento.
Ahí va, el hermoso texto....la única vez que Dworkin metió la deliberación en la esencia de la democracia...:
“The
third dimension of democracy is democratic discourse. Genuine collective action
requires interaction: if the people are to govern collectively…then they must
deliberate together as individuals before they act collectively, and the
deliberation must center on reasons for and against that collective action, so
that citizens who lose on an issue can be satisfied that they had a chance to
convince others and failed to do so, not merely that they have been
outnumbered.
Democracy cannot provide any genuine form of self-government if
citizens are not able to speak to the community in a structure and climate that
encourages attention to the merits of what they say. If the public discourse is
crippled by censorship, or collapses into a shouting or slandering match in which
each side tries only to distort or drown out what the others say, then there is
no collective self-government, no collective enterprise of any kind, but only
vote counting as war by other means”.
PD: No me digan que la frase final no es poesía.
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