Rara vez, un presidente lleva adelante de manera abierta una impúdica burla en la cara (los ojos, oídos, corazones) de su pueblo, en cadena nacional.
Casi Nunca, un presidente acomete esa traición a lo más sagrado de la relación política en una democracia -la honestidad y la integridad- en un momento crucial de desasosiego y ansiedad política.
Nunca lo había visto en argentina democrática.
Pero me temo que algo así ocurrió ayer. Trágicamente. Yo te lo tengo que decir. No puedo dejar de decirlo, che.
Fue solo hace unas semanas, el 26/01/15, cuando la Presidente de la Nación, por cadena nacional, se ofendía, se dolía, se rebelaba en voz alta, diciendo:
"...en los últimos días, he leído como que al Fiscal Nisman lo había designado el Presidente Kirchner, solamente una ignorancia supina o una manifiesta mala intención pueden creer que precisamente [...]el Presidente de la Nación puede designar a un Fiscal en una causa..."
Yo le creí a la presidente, por supuesto.
Pero fue sólo ayer, sólo ayer, cuando ofendida, dolida y se revelada (con algún fallido además) diciendo:
"...surgen dos documentos: uno el público, donde dice que encubrimos. A nosotros que fuimos los que dotamos de recursos humanos, económicos... a nosotros, que lo pusimos al propio fiscal Nisman al frente de todas estas investigaciones diciéndole todo lo que..., dándole todo lo que él pedía..." [sic].
Estoy anodadado, estoy shockeado, no consigo dar crédito a lo que me ha hecho la presidente con sus dichos.
Tengo ganas de preguntar irónica y socarronamente [gracias comentarista],
A qué presidente le creo?
Con qué presidente me quedo?
Pero no. No da sino para lamentarse, lamentarse y llorar, y sufrir.
Había tanto para analizar, evaluar, pensar luego del discurso...pero no. Sólo lamentarse, sufrir, llorar.
Nisman acusó, y está muerto...era sólo una denuncia.
Pero una triste mentira está viva.
Socarronamente.
ResponderBorrar