No conozco a Maximiliano Rusconi (todos los conocidos le dicen Maxi). Conozco sobre ciertas defensas trascendentes que asumió y sé que goza de consistente prestigio intelectual como lúcido abogado penalista. Poquìsimo más sé de él.
Ayer nos regaló una clase gratuita de "destrezas de la abogacía"...el curso màs importante de las carreras de abogacía que trágicamente las facultades de derecho argentinas no enseñan (pero eso es asunto de otros posts, claro...enseñan "derecho"-mal- no abogacía).
En fin, como decía, Rusconi nos regaló una clase práctica magistral, ayer, construyendo la aparición pública de Diego Lagomarsino (apostaría a que no vuelve a hablar en público mientras M.R. lo defienda).
Lo primero: Semblantear al cliente: La decisión de darle la palabra ante la opinión pública.
Esa era la decisión clave, y sólo puede tomarse si se confía en la capacidad retórica del cliente. Rusconi debió tomarla habiendo visto sólo un par de horas a Lagomarsino. Sin dudas evaluó muy bien la capacidad retórica del cliente (es cierto que el joven, más grande que Carlés, puede pronunciar sin dificultad palabras de 5 y más sílabas, sabe usar tiempos verbales complejos, etc etc.). No importa quién es el pibe, ni cuál es la verdad de los hechos. Importa anticipar qué tan bien podrá desempeñarse ante las cámaras.
Lo segundo: El lugar. Los viejos expertos en guerrear saben que la selección del "lugar" en el que se dará la batalla es la primer batalla. MR eligió "su casa", probablemente el lugar del mundo en el que más cómodo se siente, y apiñó a los reporteros como sardinas en un lugar desconocido, los hizo sentir incómodos visitantes...y así dominó el campo (tuvo todo el día para seleccionar un lugar, y tiene recursos enormes a su disposición, pudo haber elegido decenas de locaciones cómodas, confortables accesibles para la prensa...pero no, al contrario).
Lo tercero: El formato de la Palabra: MR diseñó un formato que maximizó la "visibilidad" de Lagomarsino, y al mismo tiempo minimizó los riesgos, al cancelar la posibilidad de que se le preguntara (mejor dicho, de que contestara preguntas). Por supuesto, esto sólo se debió a que él -MR- entendía que eso era lo mejor para su defensa (no a que la fiscal le pidió nada....si él hubiera considerado que era mejor ara su defensa que Lago contestara preguntas asì lo hubiera hecho, abierta o veladamente, claro). Tán clave era ese diseño que se lo avisò expresamente a los periodistas 5 minutos antes de empezar, lo repitió al empezar, y disciplinó drásticamente a la primer cronista que insinuó una pregunta...LISTO...todos alineados. El dueño de la palabra es MR.
Lo cuarto: El relato de Lagomarsino: cualquiera sabe, y si no lo sabían Maxi se los recordó al comienzo, que uno de los indicios más confiables sobre la verosimilitud de un relato consiste en que tenga "detalles triviales verificables". Sólo quien realmente estuvo ahì puede recordar detalles triviales fàcilmente (dónde estacionó, cuánta gente bajaba en el ascensor, cuántos marcadores vió, etc.). El relato de Lagomarsino tuvo una dosis -inequíocamente calculada y no espontánea de detalles triviales. Es absolutamente inverosímil que Lagomarsino recordara/decidiera por sí mismo decir por su cuenta, en ese momento de tensión extrema, lo que pensó para sì mismo, cuando vió los marcadores...en todo caso, ese es el tipo de "detalle trivial" que identifica y "estrategiza" un buen abogado en la preparación del relato del cliente. No Faltó Ninguno (pero era clave evitar las repreguntas, dado el poco tiempo de preparación, por eso..."lo tercero" fue magistral)
Lo quinto: Rusconi en su Salsa: una vez silenciado Lagomarsino, el abogado toma la palabra. Y entonces...lo mejor. respuestas largas, larguísimas...la mejor forma de evitar preguntas incómodas y limitando el número de preguntas...entonces..."control del balón" diría la imagen futbolera. Fijate cuántas preguntas tuvo la conferencia y verás. Lxs cronistas, estaban exhaustos de escuchar, y apenas preguntaron...Una conferencia de prensa en este caso (como una indagatoria) no es un acto al servicio de la verdad y la información...es un acto de defensa. Y FUE EJECUTADO MAGISTRALMENTE
:)
ResponderBorrarhola gustavo,
ResponderBorrarestoy de acuerdo con todos los señalamientos. como idea, buenísima, y a cargo de alguien que sabe y mucho. pero en los resultados, me pareció un paso en falso. MR se lució (aunque incurrió en alguna contradicción en entrevistas posteriores), pero en mi opinión su cliente salió mal parado.
y respecto de lo que señala natalia, seguramente recordarás la discusión interesantísima que propició don RG (quien anda comentando por aquí) en su blog hace unos años. imperdible, para volver a leer y reflexionar.
abrazo, rodrigo.
Gracias Rodrigo: recuerdo vívidamente aquella muy estimulante discusion. De hecho, inspiró un número memorable de J.A. (o de lexisnexis, no me acuedo) dedicado a ètica de la abogacía con hermosos textos de robert, binder, rivera lòpez entre otros (y alguno desnudo de toda hermosidad también, el mío).
BorrarMuy picantes tus 2 comments.
1.- Vi la nota de Rusconi con 6,7,8 y pensé "exceso de confianza...dicen que es la única debilidad de los grandes abogados"
2.- Sobre si el cliente salió mal parado o no. Creo que el análisis de la estrategia la debés hacer considerando las alternativas. Tal vez -arriesgo- salió lo menos mal parado (o lo mejor parado) que podría haber salido considerando las alternativas (y si es así, aplausos y vítores para la estrategia del boga, no?).
Por mi parte, for the record, el punto no era qué tàn bien o mal saliò Lagomarsino (NS/NC), sino explorar las movidas estratègicas del boga en relación a ese acto de defensa pública. salute