Hace como 2000 años un tipo muy raro (por decir lo menos) dijo algo que aún hoy resuena como una verdad elemental y fundamental sobre el comportamiento humano. Dijo algo así como: "Allí donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón".
Dicho de otra manera: "Donde pongas tu dinero, ahí estarán tus verdaderas prioridades" (y no donde digas que están, dicho sea de paso).
Hace medio siglo las naciones del mundo inventaron los derechos humanos como expresión y compromiso de sus prioridades compartidas.
Como sabemos, tenían unas prioridades más prioritarias que otras (los DHpolíticos y civiles era más prioritarios que los DHecónomicos, sociales y culturales). Tan clarito lo tenían, que lo pusieron en blanco sobre negro en sendos Arts. 2 y 4 de las respectivas Convenciones (una mancha horrible de origen, qué le vas a hacer).
Más aún, y por si no nos habíamos dado cuenta, hace como 25 años el mismísimo Comité DESC nos avisó que: "El
concepto de progresiva efectividad constituye un reconocimiento del hecho de
que la plena efectividad de todos los derechos económicos, sociales y
culturales en general no podrá lograrse en un breve período de tiempo. En este sentido, la obligación difiere de
manera importante de la que figura en el artículo 2 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos e incorpora una obligación
inmediata de respetar y garantizar todos los derechos pertinentes".
Pues bien durante todas estas décadas, las naciones unidas (o dominadas) estuvieron construyendo el tesoro (global). Estuvieron y están decidiendo dónde poner su dinero -es decir, sus prioridades, su tesoro. Y las han puesto en algún lado (y no en otros).
El año próximo se cumplen 50 años del Pacto de Derechos Económicos Sociales y Culturales.
La plena efectividad de los DESC no podrá lograrse en un breve período de tiempo...claro, ya sé...pero 50 años ya estaría bien, como vara ponerse las pilas, no?
La verdadera verdad es que la plena efectividad de los DESC no podrá lograrse nunca a menos que pongamos el tesoro en su realización. Pero ni el tesoro, ni el corazón de las naciones unidas (o dominadas) del mundo está en los DESC.
Podrán escribir 1.000 metas del milenio...post 2015, post 2050, lo que quieran.
Pero donde esté tu tesoro estará tu corazón...y el tesoro del mundo sigue sin estar en los DESC.
Ya es tiempo de que el banco mundial sea un Banco Mundial de Derechos Humanos, que el Fondo sea un Fondo Internacional de Derechos Humanos, que el BID sea un Banco Interamericano de Derechos Humanos...y si no...pues sigamos así si quieren, pero sin auto-engañarnos.
Asumamos que nuestro corazón no está en los DDHH...para la vergüenza global.
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